El archipiélago de Madeira, formado por las islas habitadas de Madeira y Porto Santo, y las no habitadas, conocidas como Islas Desiertas, es un paraíso atlántico subtropical de origen ígneo, perteneciente a Portugal. Está situado a unos 1000 kilómetros de Lisboa y a poco más de 600 kilómetros de Marruecos. Su intrigante belleza y la constante suavidad de su clima han atraído a un gran número de visitantes europeos a lo largo de su historia. Algunos de ellos han sido verdaderas celebridades, tales como la emperatriz Sissi, el emperador Carlos I de Austria y el ex Primer Ministro británico Winston Churchill.
MADEIRA
La capital de Madeira es Funchal, la única verdadera ciudad de la isla. Es en ella donde se encuentran la mayor parte de los museos, edificios gubernamentales, hoteles, tiendas y restaurantes del archipiélago. Su puerto natural atrajo a los portugueses ya desde el siglo XV. Por ese motivo, su núcleo histórico está repleto de sólidas fortalezas y hermosas mansiones, con patios sombreados y balcones de hierro forjado, que miran siempre al mar.
La Sé, su antigua catedral, es uno de los escasos edificios en toda la isla que se mantiene inalterable desde los tiempos de la colonización portuguesa. Alrededor del año 1490, el rey Manuel I de Portugal envió a Madeira al arquitecto Pero Anes para que se encargara de diseñarla. La construcción de la misma finalizó en 1514.
Por su indiscutible aire de antigua grandeza, por la animada vida de sus muchos cafés y por lo empinado de sus bonitas calles adoquinadas, Funchal es también conocida como “la pequeña Lisboa”.
El barrio antiguo de Funchal es un laberinto de viejas casas de pescadores, muchas de las cuales han sido convertidas en restaurantes y galerías de arte, mientras que en el centro se hallan la mayor parte de los edificios históricos y las boutiques más elegantes. Las distintas zonas de la ciudad se encuentran unidas por la Avenida do Mar, que es un largo paseo marítimo.
El bellísimo Jardín Botánico de Madeira, que se encuentra en Funchal, es una verdadera joya de la jardinería. Fue abierto al público en el año 1960 y en él se muestran ejemplares procedentes de todos los rincones del mundo. Sus diferentes secciones presentan un rico contraste de estanques y bosques silvestres con otras áreas repletas de variedades de flores exóticas dispuestas en diseños de perfecta armonía.
Desde que fue construida una línea de ferrocarril a finales del siglo XIX para permitir que los viajeros de los transatlánticos pudieran subir desde Funchal hasta lo alto de la colina de Monte, ésta se ha convertido en una visita obligatoria para todo aquel que visite Madeira. Ahora la subida a la colina se lleva a cabo en un moderno teleférico. Las vistas del puerto y de la ciudad son espectaculares desde allí, y la visita al Jardim do Monte y la iglesia de Nossa Senhora do Monte, patrona de la isla, son un paseo ineludible.
El Jardín Tropical Monte Palace es un lugar apacible donde pasear y sentir el aire puro de la naturaleza en la cima de la ciudad de Funchal. Diseñado en 1894, sus laberintos de senderos, puentes, cascadas y fuentes constituyen un remanso de paz. Ocupa siete hectáreas de un valle, y tiene varias zonas dedicadas especialmente a la flora de Madeira y Suráfrica. El mismo incluye también un hermosísimo jardín oriental, con plantas y estructuras típicas de Japón y China. La Fundación Bernardo, que patrocina el jardín, tiene como lema la protección y la defensa del medioambiente. El jardín cuenta además con el Museo Monte Palace, un bonito espacio de exposiciones de tres plantas.
Los parques y las flores se hallan por todas partes en Madeira. El Parque de Santa Catarina se encuentra justamente frente al puerto de Funchal y es aquí donde se celebran los conciertos y festivales que tanto abundan en la ciudad.
Como la isla de Madeira no cuenta con verdaderas playas de arena, las piscinas naturales de agua salada se encuentran por todas partes para el disfrute tanto de sus habitantes como de los turistas.
Algo sumamente pintoresco y que fascina a todos aquellos que visitan la ciudad de Funchal es la esmerada decoración artística de las puertas de las casas en la ciudad antigua; en especial, las de la calle Santa María, donde absolutamente todas las puertas están decoradas con gran esmero.
Pero para descubrir las verdaderas maravillas de la isla Madeira el viajero necesita aventurarse más allá de su capital. A fin de cuentas, esta isla ha sido famosa desde hace varios siglos por sus fértiles campos, el encanto rural de sus pequeños pueblos costeros y las impresionantes vistas que pueden ser alcanzadas únicamente desde los altos picos de sus elevadas montañas. Sólo después de visitar el interior de la isla y emprender algunos de los recorridos que nos permiten llevar a cabo sus famosas levadas (acequias), podemos comprender del todo esta tierra y la naturaleza un tanto austera pero amable de sus habitantes.
PORTO SANTO
A sólo 37 kilómetros al noroeste de Madeira, está situada la isla de Porto Santo. Su espectacular playa de arena de 9 kilómetros de largo recorre toda la costa sur de la isla. Es difícil substraerse a su enorme encanto porque es uno de los últimos paraísos perdidos que por alguna razón casi milagrosa ha escapado a la invasión del turismo masivo.
Además de su playa, el lugar de mayor importancia histórica en la isla es la Casa de Cristóbal Colón en Vila Baleira, situada tras la iglesia de Nossa Senhora da Piedad. En el museo que alberga la casa se ilustran muchos datos acerca de la vida de Colón, y contiene mapas, pinturas y grabados de gran interés. En Porto Santo Colón conoció a Filipa Moniz, la hija del también genovés Bartolomeu de Perestrelo, con la que se casó en 1479 y quien murió poco después de dar a luz a su hijo.
Terminamos aquí nuestra visita a estas bellas islas portuguesas. Nos despedimos de Portugal, al menos por el momento. Espero que hayan disfrutado con este recorrido. Muchas gracias por seguir mi blog.
Hasta muy pronto.
Antonio, un millón de gracias por mantenerme en su libro de direcciones, tiene Ud un esquisito gusto para escojer los lugares, si hubiese recibido este post hace 20 años, cuando me retire, casi seguro que hoy le estaría escribiendo desde Funchal, espero cuando visites las Azores. Dios le bendiga y que pueda realizar todos tus sueños.
Saludos cordiales desde Dallas, Texas, Humberto Estrada.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias, estimado Humberto. Me alegra mucho que te haya gustado mi presentación de Madeira. Es una pena que no te haya llegado a tiempo para el retiro. Funchal es, sin duda, un lugar ideal para retirarse. Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por esta entrada tan bella, Antonio. Como siempre, ha sido un placer leerla. Ya me estoy preparando mentalmente para visitar Madeira.
Me gustaMe gusta
Las gracias a ti, Ana, por tu comentario. No te arrepentirás de visitar Madeira; te lo aseguro. Saludos.
Me gustaMe gusta
Estimado Antonio, ya echaba de menos sus entradas. Sus fotos de Madeira y Porto Santo son excelentes. Gracias por compartirlas con nosotros.
Me gustaMe gusta
Las gracias son a usted, Demetrio, por su fidelidad a mi blog. Me alegra que le gusten las fotos. Saludos.
Me gustaMe gusta
Hola, Antonio. Qué bonito este post! Me ha motivado a conocer Madeira. No me explico cómo no se habla más de lugares como este. Gracias por compartir esta información.
Me gustaMe gusta
Gracias, Luca. Estoy plenamente de acuerdo contigo. Yo tampoco me lo explico.
Me gustaMe gusta
GRACIAS POR TODA ESTA MARAVILLA»ESPERO CONOCER MADEIRA ALGUN DIA..SALUDOS DESDE MEXICO!!
Me gustaMe gusta
GRACIAS POR TODA ESTA MARAVILLA»ALGUNDIA ESPERO VISITAR MADEIRA!!SALUDOS DESDE MEXICO!!
Me gustaMe gusta
Gracias a ti por comentar en mi blog, Víctor. Madeira seguramente te encantará.
Me gustaMe gusta